viernes, 4 de julio de 2014

USA - Grand Canyon

Hace exactamente un mes que publiqué mi última entrada en el blog, pero tendréis que perdonarme que he estado muy ocupada con tantos exámenes. Por suerte, hoy he terminado, y qué mejor manera de celebrar mi recién adquirida libertad que escribiendo un poco en el blog - bueno, y saliendo de fiesta, pero eso ya lo haré esta noche -. 


Paradas en mitad de la ruta 66 para hacer la típica foto
He decido seguir contándoos acerca del viaje a la costa Oeste de Estados Unidos. Ya os hablé de Los Ángeles y Las Vegas, pero aún me queda el Grand Canyon y San Francisco. Era ya nuestro sexto día en la tierra de las oportunidades - o eso dicen -, y con mucho pesar hicimos las maletas para abandonar nuestro cómodo y precioso - y caro, obvio - hotel Paris Las Vegas. 

Nuestra siguiente parada era el Gran Cañón del Colorado - que curiosamente está en Arizona... no me preguntéis por qué - y habíamos decidido alquilar un coche para hacer la ruta. Teníamos dos opciones: el camino rápido por la autopista o el camino menos rápido en el que en un momento nos desviábamos para hacer una hora de recorrido por la ruta 66. Obviamente, escogimos la segunda opción, como no. 





Lomofoto: Ruta 66 con cámara Belair 
Por si alguien quiere hacerme caso - no me arrepiento de haber "perdido" media hora en hacer este camino en absoluto -, tenéis que llegar hasta el pueblo de Kingman, y desde ahí desviaros, dejando la autopista y cogiendo la ruta 66 hasta el pueblo de Seigman, que es casi una calle muy al estilo años 60, con bares con carteles de neon y figuras de Elvis y Marilyn por todos lados. Justo lo que unas guiris como nosotras esperábamos. La carretera está medio desierta, por lo que te puedes parar a hacer unas fotos chulísimas. 

Nosotras nos quedábamos en el pueblo de William, que está en mitad de la nada - como todo allí - y que no tenía mas de 5 calles. Nuestro motel se llamaba Grand Canyon Motel & RV Park y lo recomiendo 100%. Era barato, relativamente cerca del Cañón y, sobre todo, una pasada. Las habitaciones eran antiguos vagones de tren redecorados por dentro. Aviso que está bien para pasar una o dos noches, pero no más - y por la noche hace un poco de frío, lo admito -. 

Nuestra habitación del motel
Fuimos a comer a un sitio de Williams que se llamaba Dairy Queen que parecía más especializado en batidos que en otra cosa. En mi opinión nos equivocamos un poco, porque aunque los batidos estaban mortales las hamburguesas dejaban bastante que desear. 

Como ibamos con prisa, comimos rápidamente y volvimos a coger el coche para poner rumbo al Grand Canyon (íbamos bastante ajustadas de tiempo, lo admito), que estaba a una hora de distancia y se llegaba atravesando un precioso paisaje todo de color verde. 

La entrada al Gran Canyon cuesta 25$ por coche y es válido una semana, por lo que yo aconsejo que estéis más de un día. Nosotras solo podíamos estar esa tarde, y yo me quedé con ganas de hacer más, quizás alguna excursión o rafting - hay mil empresas que organizan este tipo de excursiones ahí -. Ah, y una cosa: poned gasolina antes de entrar. Dentro OBVIAMENTE no hay gasolineras, y nosotras fuimos tan listas que entramos con el depósito casi vacío y, al darnos cuenta de lo grande que era aquello, tuvimos que salir a repostar a los 5 minutos de haber entrado. 


Grand Canyon
Describir las vistas del Grand Canyon es casi tan difícil como describir Las Vegas. Aquello es enorme, gigante, colosal, monstruoso. Coged el adjetivo que más os guste. Alucinante. Al entrar al parque por donde nosotras lo hicimos - creo recordar que hay varias entradas - puedes ir hacia el North Rim o el South Rim, y nosotras cogimos el South porque parecía más grande y queríamos aprovechar bien. Hay muchos miradores a lo largo de todo el Cañón, por lo que os hartaréis de hacer fotos, no os preocupéis. El último se llama Dessert View, y allí nos quedamos a ver el atardecer con las impresionantes vistas. 

Supuestamente aquello está lleno de animales y nosotras nos habíamos pasado la tarde intentando buscarlos, pero no habíamos conseguido ver más que algún ciervo suelto. Cuidado cuando volváis por la carretera de noche, ya que haciendo el camino de vuelta por el South Rim se nos paró un ciervo gigantesco en mitad de la carretera y no le dimos de puro milagro. 


El pueblo de Williams
Para acabar el día, cenamos en otro restaurante de Williams, este mucho más acertado que el del mediodía. Era una especie de restaurante italiano, en el que yo me pedí una sopa con mil cosas que estaba buenísima pero picaba una barbaridad  y mi hermana y Cecilia una ensalada caprese y una pizza que estaba riquísima también.


Iris y yo con el Grand Canyon de fondo
En definitiva, si hacéis un viaje por la costa Oeste no os perdáis el Grand Canyon, y si es posible intentad estar ahí más de 24 horas, que a mí se me hizo demasiado corto y hay muchas actividades programadas de las que puedes disfrutar. Existen también multitud de viajes en helicóptero que sobrevuelan el Gran Cañón, un poco caros en mi opinión pero seguro que también merecen la pena porque las vistas desde arriba tienen que ser simplemente alucinantes. 

Y como siempre, aquí os dejo unas cuantas fotos que son una pasada. 

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