Nepal: día 4

Tres días después sigo viva en Nepal, aunque con muy poco tiempo para escribiros por aquí, siento decirlo. No sabría si deciros que la vida en Katmandú es tranquila o caótica, o quizás sea un poco de todo. 

El centro de salud es un tanto decepcionante, he de admitirlo. Yo estaba más que concienciada de que la medicina aquí no tendría nada que ver con la medicina en España, pero la verdad es que aún así me ha sorprendido. Ver que diagnostican una neumonía a un niño de 2 años y le dan antibióticos solo porque tenga fiebre (37.5 grados) esté algo taquipneico sin siquiera auscultarle (ni tocarlo) es un tanto chocante, pero que venga a revisarse una embarazada y solo porque esté guapa digan que la ven bien sin si quiera tocarle, insisto, lo es aún más.

Pero esta no es la parte decepcionante. Lo es el hecho de que haya tres médicos y cinco enfermeras más los 5 voluntarios (4 estudiantes de medicina y una enfermera) que somos nosotros. Eso en 10 metros cuadrados junto a los pacientes y varios transeúntes que vienen simplemente a pesarse, tomarse la tensión, observar o mirar la hora, pues se hace un tanto pequeño. Además es que literalmente no hacemos nada además de tomar la tensión, pero es que ellos tampoco lo hacen (¿he dicho ya que no exploran NADA?).

Pero bueno, no todo es negativo en el health post. Los medicos y las enfermeras son un encanto con nosotros pero a nivel increíble, hemos estado ahí tres días y se les ve que ya nos quieren una barbaridad. Nos llevan a ver la ciudad, hacen dos tes diarios (uno de limón y otro negro con leche riquísimos), bromean con nosotras todo el día, nos regalan pulseras... ¡y mañana nos van a pintar con henna nuestro nombre en nepali! Insisto, un encanto, al igual que todos los nepalies. 

En cuanto al monasterio, una vez que te adaptas al colchón en el suelo, a los cánticos (que son chillidos con instrumentos súper ruidosos), a la ducha fría, a las colas por el único water occidental, los cortes habituales de luz, agua y wifi y a desayunar, comer y cenar con arroz, no está tan mal. Los monjes hablan todos inglés y están deseando jugar con nosotras. Son súper serviciales y se les ve que se preocupan por nosotras. Este país está lleno de gente maravillosa y amable, no nos vendría mal aprender un poco de ellos.

Otro sitio al que vamos de voluntarias (aunque no oficialmente porque no nos corresponde) es el orfanato, en el que la verdad me siento bastante más útil que en el puesto de salud. En una casa enana viven 14 niños de 2 a 10 años durmiendo en 3 literas y una cama, junto a la madre de uno que los cuida a todos. Los niños la mayoría son huérfanos o han sido abandonados por su familia, tienen un libro que han ido escribiendo los voluntarios con la historia de todos ellos, y la verdad es que te parte un poco el alma.

 La familia mantiene a estos niños por pura caridad, porque os aseguro que no sacan un céntimo de ello. La hermana de la que lo lleva ha hecho un blog idea de uno de los voluntarios, y gracias a ello se paga la universidad de trabajo social (100 euros al año), el colegio de los niños (70 euros al año por niño) y paga parte de la casa. Si descubro cual es la dirección os la pondré por aquí por si alguno quiere ayudar. Nosotras le hemos dicho a la madre que le vamos a pagar parte de las vacunas a los niños y a ponérselas porque la mayoría no están vacunados y ella casi se echó a llorar. 

Los niños son tan educados y obedientes que asusta casi, ¿qué niño te dice que gracias por la pelota que le acabas de regalar y que jugará en un rato que es la hora de hacer los deberes? Saludan diciendo "namaste, sister", sonríen por todo y agradecen un galleta que les traigas. Son muy tímidos, pero cuando cogen un poco de confianza son un encanto y están deseando jugar contigo a cualquier cosa (aunque tienen poquitos juguetes). Intentaré poneros fotos por aquí de alguno, a ver si puedo (cuando vuelva el wifi...).

En cuanto al resto de Nepal, además de la excursión a la estupa de Bouddah (o como se escriba) que os conté en el anterior post, hemos hecho un par de excursiones. La primera fue ayer a unas cataratas que se llaman Sundari waterfalls, que significa cataratas bonitas literalmente. Y he de decir que el nombre le hace justicia, no estaban equivocados estos nepalies. Si vais, recordad llevar buen calzado, porque yo iba en sandalias y los 20 minutos cuesta arriba por piedras, rocas y riachuelos me costaron telita.

 La otra excursión la hemos hecho hoy con los médicos del health post y la hija de una de las enfermeras que es un encanto (se que lo digo de todo el mundo, pero es que verdaderamente lo son, conozco poca gente en España que sea de esta manera). Nosotras pretendíamos salir a las 3 hacia Bhaktapur, que es cuando cierra el heath post, pero no llevábamos ni media hora "trabajando" cuando han aparecido dos taxis: los médicos se morían de ganas de llevarnos allí y habían decidido que nos íbamos a tomar el día libre todos.

Bhaktapur es una de las tres ciudades que conforman el valle de Katmandu junto a Katmandu y Patan o Lalitput. Es una ciudad medieval amurallada llena de templos hindúes, cabras y vacas purulando tan alegres por las callejuelas, tiendecillas y muchos lugareños. Además de ver toda la ciudad y recibir explicaciones de nuestros tres médicos-guías personales, hemos sido bendecidas por un hombre en uno de los templos, donde nos ha dado leche de vaca en las manos que teníamos que beber y luego poner sobre la cabeza, nos ha dicho un par de palabras, dado pétalos de rosa y puesto el típico punto en el entrecejo. No se exactamente cómo, pero ahora estoy supuestamente llena de paz interior y con el alma purificada. Así que genial. Id sin duda a Bhaktapur porque merece la pena completamente.

Y bien, yo me despido ya porque son las 9 de la noche y se ha ido la luz, el wifi y el agua (no se cuando postearé esto), por lo que no he podido ducharme esta noche y estoy muerta de sueño porque a lo único que no me he adaptado es a la cama y no consigo dormirme ninguna noche hasta bien entrada la madrugada, que es justo cuando los monjes comienzan con su escandaloso ritual... Así que buenas noches y namasté!