lunes, 21 de julio de 2014

Nepal: día 1

Primer día en Nepal, que se dice pronto pero ha costado la vida llegar hasta aquí. Salí de Sevilla hace 48 horas, ave rumbo a Madrid. De ahí, avión a Estambul, 15h de escala y avión a Katmandú, para llegar a las 7 de la mañana local.  Son ya las 21.45 y puedo decir que he sobrevivido a mi primer día aquí.

El vuelo a Estambul pasó sin más trascendencia, salvo que, como viene siendo habitual en mi persona, no pude dormir en todo el vuelo, por lo que al aterrizar a las 5 de la mañana allí estaba más que muerta. Teníamos idea de coger un taxi para visitar la ciudad aunque fuera un poquito, pero tuvimos la enorme suerte de que Turkish Airlines, la compañía con la viajábamos, organiza para sus vuelos internacionales de más de 6h de escala una visita turística por Estambul. Y vaya visita.



Empezaba a las 9 de la mañana e incluía el transporte en el típico autobús turístico rojo con guía incluida, desayuno y comida turca y entrada sin colas en varios de los monumentos típicos. Y todo esto completamente gratuito. Al hacer cálculos con mi prima Blanca al acabar el tour concluimos que el precio real debería rondar los 100 euros aproximadamente. Obviamente visitamos la mezquita, la catedral, las cisternas, uno de los bazares y mucho más. Completamente recomendado si tenéis que hacer la escala.


A las 20.45 hora turca salía el avión a Katmandú que duraba 6h 15min. Nada más entrar Blanca estaba alucinando porque era el avión más grande en el que había estado y nos dieron auriculares, manta, almohada, antifaz, tapones y calcetines. De cena trajeron un pollo especiado riquísimo y puré de patatas, hummus y mousse de chocolate. No podíamos quejarnos, vaya. Si vuelvo, lo haré con Turkish Airlines sin duda.

A las 6.30 hora de Nepal aterrizamos en un aeropuerto que parecía abandonado, pero por suerte todo funcionaba perfectamente y media hora después estábamos saliendo con las maletas para encontrarnos con Manuka y Sabin, los responsables de cuidarnos aquí en Katmandu. Ambos amabilísimos y con ganas de ayudarnos.

El camino al Khawalung Monastery, el monasterio en el que nos hospedábamos, fue un tanto peligroso, de hecho aún no se cómo no nos chocamos con nadie. El monasterio es precioso, grande y se ve todo Katmandu desde él. Habrá unos 50-60 monjes, la mayoría entre 10 y 15 años que van a la escuela aquí (sobre todo con voluntarios que vienen a darles clase).


La habitación es un poco escasa, dormimos tres chicas en 12 metros cuadrados aproximadamente, con camas que es poco más que un colchón en el suelo. Pero oye que no me quejo, que después de un avión esta cama parece el paraíso. El baño es otra historia, poco más que un agujero en el suelo y una ducha de agua fría. Por suerte hemos descubierto otro baño que si es un water típico occidental, así que nos hemos quedado más tranquilas.

Después de dejar las maletas, Manuka y Sabin nos han explicado todo, incluido que ese día descansaríamos y al siguiente iríamos al centro de salud, y bajo un sol abrasador nos han llevado al supermercado más cercano y hemos dado un paseo hacia la estupa de Bodhnath que es sencillamente preciosa. Después de una horita de paseo hemos vuelto al monasterio, donde Blan y yo nos hemos armado de valor para darnos una ducha congelada que me ha sabido a gloria.


A las 11.30 es la hora de comer, y nos hemos sentado con todos los monjes en el suelo sobre cojines y hemos comido arroz con un poco de frijoles (poco poquito). Al parecer el menú de aquí es arroz arroz arroz, así que tendré que hacerme a la idea.

A pesar de que no fuera una comilona nos hemos llenado y nos hemos ido a echarnos una siesta para poder sobrevivir al resto del día. Justo cuando me estaba quedando dormida, los monjes han decidido empezar los ritos, que obviamente incluyen usar diversos instrumentos como trompetas, flautas, tambores y gongs. Estaba tan cansada que ni esas me han librado de caer completamente grogui en la siesta.

Después de la siesta nos hemos dedicado a estar un rato con los monjes, dar una vuelta por el monasterio y poco más. Cuando ha empezado a atardecer nos hemos ido dando un paseo hasta Bodnath otra vez, que está a unos 15 min y con el sol no habíamos podido disfrutarlo bien por la mañana. 

Hemos cenado en un sitio cercano llamado Garden Kitchen, en el que nos hemos sentado en una terracita y hemos tomado momos de carne, otra cosa parecida a los momos pero mas grandes y con verdura, un pan parecido a la pita con queso y tallarines con pollo. Todo muy rico y por menos de 200 rupias por persona (1 euro son 130 rupias, así que sobre euro y medio y he comido con Coca-Cola... MUY barato). 

El paseo de vuelta al monasterio ha sido casi en total oscuridad, pero con la ayuda de la linternita del movil hemos conseguido encontrar el camino. Ahora para variar no funciona el wifi, pero si vuelve hoy postearé esto esta noche, en principio sin fotos que ya intentaré añadir más adelante.Y ahora a dormir, que he dormido menos de 3h en 48h y ¡mañana a las 5 de la mañana los monjes vuelven a iniciar su escandaloso rito matutino!

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