Yo necesité un par de tardes para organizarlo, pero básicamente elegí las tres ciudades por excelencia de la costa oeste que está en todas las rutas turísticas y miré los vuelos que las conectaban (que rondaban los 40$, bastante barato). Asigné un par de días por ciudad y le añadía otro cuando queríamos hacer alguna excursión (como ir al Gran Cañón). Fácil y mucho más barato que cualquier agencia, hacedme caso.
Con estas, el 10 de septiembre de 2013 cogimos las maletas y nos fuimos a la estación de Santa Justa (sí, soy de Sevilla) camino a Madrid. El vuelo a Philadelphia (hacíamos escala ahí) se me pasó especialmente rápido, sobre todo porque mi hermana (que es médico, no os asustéis) nos dio un Valium a cada una, y a mi no se me ocurrió otra cosa que tomármelo con el vino. Obviamente, media hora después estaba babeando mientras veía Little Miss Sunshine y caí rendida - o inconsciente, no estoy del todo segura -.
De izquierda a derecha: Cecilia, Iris y yo en el avión a Philadelphia. |
El vuelo a Los Ángeles pasó sin mucha trascendencia - ¡además de que me quedé dormida sobre una señora que tenía la pastelería que hizo los bombones de Forrest Gump! -, por lo que 6 horas después estábamos sobrevolando la ciudad más grande que he visto en mi vida. De verdad, no os lo perdáis porque es impresionante, una ciudad infinita de luces y rascacielos.
Para llegar a la ciudad desde el aeropuerto os recomiendo que cojáis un Shuttle, que es un microbus compartido. A nosotras nos costó 14$ y 1 hora en llegar, pero creo que merece la pena. Después de las 28 horas de viaje desde que salimos de Sevilla hasta que llegamos al hotel, os digo que esa noche a nadie le costará conciliar el sueño.
Yo rendida en la cama de la izquierda y Cecilia en la de la derecha. Os aseguro que no estábamos posando. |
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