lunes, 19 de mayo de 2014

USA - Los Ángeles: Día 1

El pasado septiembre hice con mi hermana Iris y su amiga Cecilia el viaje de nuestra vida: dos semanas por la costa Oeste de Estados Unidos: Los Ángeles, Las Vegas y San Francisco. En un principio pensamos hacerlo con una agencia que nos organizara cómo ir de un lado a otro, pero después de pasarme un par de tardes buscando sobre el tema descubrí que no era tan dificil organizartelo tú mismo - y sobre todo que era mucho más barato -.


Yo necesité un par de tardes para organizarlo, pero básicamente elegí las tres ciudades por excelencia de la costa oeste que está en todas las rutas turísticas y miré los vuelos que las conectaban (que rondaban los 40$, bastante barato). Asigné un par de días por ciudad y le añadía otro cuando queríamos hacer alguna excursión (como ir al Gran Cañón). Fácil y mucho más barato que cualquier agencia, hacedme caso.

Con estas, el 10 de septiembre de 2013 cogimos las maletas y nos fuimos a la estación de Santa Justa (sí, soy de Sevilla) camino a Madrid. El vuelo a Philadelphia (hacíamos escala ahí) se me pasó especialmente rápido, sobre todo porque mi hermana (que es médico, no os asustéis) nos dio un Valium a cada una, y a mi no se me ocurrió otra cosa que tomármelo con el vino. Obviamente, media hora después estaba babeando mientras veía Little Miss Sunshine y caí rendida - o inconsciente, no estoy del todo segura -.

De izquierda a derecha: Cecilia, Iris y yo en el avión a Philadelphia.
Cuando llegamos a Philadelphia había que pasar la aduana, y los de Estados Unidos son famosos por ser unos auténticos siesos - que para los de más allá de despeñaperros significa unos saboríos... ¿no? Mmmm... ¡un arisco! -. Así que cuidado con las bromas que hagáis para relajar el ambiente, aunque si sois como Cecilia no dudarán en aprovechar para ligar con vosotras.

El vuelo a Los Ángeles pasó sin mucha trascendencia - ¡además de que me quedé dormida sobre una señora que tenía la pastelería que hizo los bombones de Forrest Gump! -, por lo que 6 horas después estábamos sobrevolando la ciudad más grande que he visto en mi vida. De verdad, no os lo perdáis porque es impresionante, una ciudad infinita de luces y rascacielos.

Para llegar a la ciudad desde el aeropuerto os recomiendo que cojáis un Shuttle, que es un microbus compartido. A nosotras nos costó 14$ y 1 hora en llegar, pero creo que merece la pena. Después de las 28 horas de viaje desde que salimos de Sevilla hasta que llegamos al hotel, os digo que esa noche a nadie le costará conciliar el sueño.

Yo rendida en la cama de la izquierda y Cecilia en la de la derecha. Os aseguro que no estábamos posando.

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