miércoles, 28 de mayo de 2014

USA: Las Vegas - Los hoteles

Quiero empezar diciendo que intentar describiros Las Vegas es muy difícil, casi imposible de hecho. Todos sabemos la fama que tiene de ser una ciudad impresionante, pero creo que no eres capaz de concebir cómo de impresionante es hasta que de verdad estás ahí, hasta que entras por primera vez en cualquiera de los hoteles de lujo que forman esta ciudad del desierto. 




Yo fui a la apodada "Sin City" el pasado septiembre en el viaje que ya os comenté en el anterior post a la West Coast con mi hermana Iris y su amiga Cecilia. Las Vegas era nuestra segunda parada después de Los Ángeles, así que cogimos un avión a media tarde hacia la ciudad. El vuelo dura apenas una hora y media (de hecho nosotros salimos con retraso y el piloto "aceleró" y llegamos en poco más de media hora, no me preguntéis cómo), pero os aconsejo que no os durmáis o al menos que os despertéis 10 minutos antes de llegar que fue lo que hice yo. El paisaje es increíble, de verdad. A estas alturas no estoy segura de qué era (quizás el Death Valley National Park o el Mojave National Preserve), pero era realmente alucinante: un paisaje montañoso anaranjado e infinito. Precioso, lástima no llevar la cámara encima en ese momento.


Cuando aterrizamos pillamos un taxi que nos llevó a nuestro hotel y que nos costó solo 10$ porque el aeropuerto está a menos de 10 minutos, así que os recomiendo que pilléis uno. Nuestro hotel era el Paris Las Vegas y jamás se me olvidará el momento en el que entré. Estaba despistada guardando la cartera y cogiendo la maleta, así que entre con la cabeza gacha al lobby. Cuando alcé la vista, me quedé de piedra. 


Nada de lo que me habían contado podía hacerle justicia. Si os digo que me pasé 15 minutos con la boca abierta sin poderme creer lo que estaba viendo no os estoy exagerando. La planta baja del hotel (y de casi todos) era una ciudad. Estaba decorada como si fueran casas de dos o tres plantas, algunas vacías y otras con restaurantes franceses. El techo tenía pintado el cielo, de manera que te daba la sensación de estar realmente en una calle en Montmartre y no en la planta baja de un hotel en Las Vegas. En mitad del lobby había una enorme réplica del puente de Alejandro III de París. Rodeando esto, tragaperras, meses de Poker, BlackJack, ruletas y demás sueños de cualquier ludópata. Coronándolo, las patas de la torre Eiffel que se podía ver desde fuera junto al Arco del Triunfo. Insisto que soy incapaz de describir lo increíble que es, aunque lo intento. 

Otro tema aparte es la piscina del hotel. Solo fui a la del Paris, pero me imagino que las del resto de hoteles serán parecidas. Yo subí a la mía despistada como siempre, para encontrarme con una piscina gigantesca que daba directamente a una de las patas de la torre  Eiffel. Vale que sea una réplica y que es la mitad de tamaño que la original, pero créeme que bañarte a 10 metros de ella es una experiencia inolvidable. Y un truquito: no te piden ninguna identificación para entrar, así que si no eres del hotel y tienes la cara suficiente, ponte el bañador en un cuarto de baño, sube a la piscina y disfruta como si hubieras pagado la fortuna que vale una habitación de ese hotel. 


Del resto de hoteles podría hablaros eternamente, cada uno tiene un encanto especial. El Bellagio es puro lujo, con sus tiendas de Versace, los espectáculos en la fuente y el precioso jardín botánico interno. El Venetian Palazzo recrea a la perfección Italia, con la fachada decorada como la Piazza San Marco, su Ponte Rialto y el Gran Canal con góndolas dentro del propio hotel (por desgracia en construcción cuando fuimos nosotras). El MGM es moderno y tiene varias atracciones turísticas, como la CSI experience. El New York New York era la versión americana del Paris, con las calles decoradas a la perfección, el puente de Brooklyn, el Empire State y la estatua de la libertad. El Treasure Island hay que visitarlo por su espectáculo gratuito en el barco pirata del exterior. The Mirage tiene un volcán y un habitat de delfines, pero cuesta 20$ así que no puedo deciros cómo es. Por último, el Caesar's Palace (probablemente el más impresionante de todos seguido por el Venetian y el Paris) es precioso por dentro (estatuas de mármol, cascadas, jardines, columnas de 10 metros) e incluso más lujoso que el Bellagio, con tiendas de Gucci, Louis Vuitton, etc. 

Como os decía, los hoteles son el verdadero turismo de la ciudad. Y merece la pena ir, aunque sea una sola vez en la vida. Por muchas fotos y videos que veáis, es imposible apreciar la grandeza del sitio hasta que estáis dentro. Es el exceso de los excesos. Y puede que otro exceso más. 

En mi opinión, merece la pena gastarse el dinero en ir a un buen hotel en Las Vegas. Las diferencias de precios entre los hoteles del Strip (la calle principal) no son tan grandes, y salir de esta zona es una locura. Si vas a ir dos o tres días vale la pena poder gozar del lujo de un hotel como es el Paris - otro tema sería si pretendes estar más de una semana -. Así que espero que os animéis y disfrutéis de esta impresionante ciudad. ¡En breves volveré a escribir acerca del resto del viaje en Las Vegas!

¡A continuación os dejo un pase de diapositivas con más fotos espectaculares de Las Vegas!


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