A veces se le olvida dónde está el páncreas o si había una o dos cavas, pero otras te habla del síndrome de Wolff-Parkinson-White y piensas "joder con Miss-numero-625". A veces se va a vivir a 7000km de ti, pero nunca está lejos de ti. A veces se mete contigo y te da la sensación de que no se preocupa por ti, pero otras veces... No. Otras veces no, siempre. Siempre te quiere con locura.
No se si habéis conocido a Mariano, pero él sí que es una persona especial. ¿Y sabéis por qué? Porque él consigue controlar esas partes "malas" de mi hermana. Y creedme, no es fácil. Le he visto transformar enfados de Iris en risas de tal manera que me he quedado expectante a ver si su siguiente truco era sacarse un conejo de la chistera. Obviamente su parte especial no acaba aquí y me podría pasar un par de párrafos hablando simplemente de que complementa la parte friki que a veces le falta a Iris, pero todos sabemos que si le dedico más líneas ella pierde protagonismo y claro, no queremos que se enfade, ¿verdad niños?
Ésta es mi hermana. La única que tengo. Aunque hubiera tenido 200 más, no serían mejor que ella. Yo se que a mi padre le de pena perder a su primogénita, y desde luego sucede algo parecido cuando es tu hermana. Pero, ¿sabéis qué? Yo a ella no la pierdo, en absoluto, sino que gano un cuñado (y una play 4, una tele 3D, un gato y una piscina para el caluroso verano sevillano, seamos sinceros).
Y así, hace escasamente una semana, en pleno Central Park y bajo los cerezos, Mariano se sacó un anillo que, para que mi hermana aceptase con tanto entusiasmo, debió iluminar el parque entero a pesar de que hubiera anochecido hacía horas. Minutos después y con una rapidez y eficacia que solo hubiera visto plausible con el uso de un giratiempo (Harry Potter señores, keep up!), ya había hora, fecha y lugar para el evento. 14 de mayo de 2016, iglesia de San Lorenzo. Habemus boda.
Ésta es mi hermana. La única que tengo. Aunque hubiera tenido 200 más, no serían mejor que ella. Yo se que a mi padre le de pena perder a su primogénita, y desde luego sucede algo parecido cuando es tu hermana. Pero, ¿sabéis qué? Yo a ella no la pierdo, en absoluto, sino que gano un cuñado (y una play 4, una tele 3D, un gato y una piscina para el caluroso verano sevillano, seamos sinceros).
Y así, hace escasamente una semana, en pleno Central Park y bajo los cerezos, Mariano se sacó un anillo que, para que mi hermana aceptase con tanto entusiasmo, debió iluminar el parque entero a pesar de que hubiera anochecido hacía horas. Minutos después y con una rapidez y eficacia que solo hubiera visto plausible con el uso de un giratiempo (Harry Potter señores, keep up!), ya había hora, fecha y lugar para el evento. 14 de mayo de 2016, iglesia de San Lorenzo. Habemus boda.
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