A pesar de estar a solo 160km de Katmandú, ir a Chitwan desde la capital son 7 horas en autobús sin aire acondicionado. Nosotras habíamos reservado el viaje a Chitwan desde Katmandú por 65 euros, lo que incluía el viaje de ida y vuelta, las dos noches en el hotel, comida y excursiones.
Así que nos levantamos a las 5 (con la llamada del gong para el ritual de los monjes) porque el autobús salía a las 7.30 de la mañana. Aunque no lo creáis, las 7 horas pasaron bastante rápido (a pesar del calor insufrible que hacía allí) gracias a los paisajes increíbles. Casi todo el camino es a través de montañas verdes con un río en medio con muchos puentes de madera endebles que lo cruzan. Llegamos a ver a un hombre transportando un mueble por una tirolina que cruzaba el río.
El hotel de Chitwan estaba bastante bien, sobre todo comparado con las escasas comodidades del monasterio, pero la comida estaba bastante mala (¿cómo pueden hacer unos noodles malos?) y el guía que nos tocó era un capullo (pardon my french) con todas las letras. Nos contó como en Nepal el hombre era lo principal y las mujeres iban siempre detrás, que no debían salir de casa ni estudiar y que ellas eran felices así y no necesitaban más porque así estaban seguras. Contarle este discursito con una sonrisa de oreja a oreja a 8 mujeres españolas no es que sea muy buena idea, y aunque la sociedad nepalí sea algo machista no tiene nada que ver con lo que nos dijo este hombre, por lo que lo condenamos a dos días de miradas de odio.
Esa tarde dimos una vuelta por el pueblo, que la verdad es que no tiene nada, unas cuantas casas estilo chabola con tejado de paja, alguna casa "normal" (versión nepalí) y muchos hoteles y sitios para turistas. Vimos la puesta de sol en el río en el que llevan a bañar a los elefantes y, después de comer, vimos un espectáculo de danzas típicas de la zona que era bastante horrible salvo por un par de canciones, tanto que los sinvergüenzas de los chinos se salieron a la mitad y quedamos nosotras 8 y los bailarines. Bastante triste.
El día siguiente lo dedicamos al safari en elefante, en el que van 4 personas en un asiento encima del elefante durante 1h y media. Te lo venden como que vas a ver muchos animales, pero nosotras solo vimos aves, jabalíes y ciervos. Lo mejor sin duda es el baño de elefantes que viene después, en el que te metes en un río marrón y te suben a lomos de uno de los elefantes que con la trompa te va echando agua y luego te tira desde arriba. Un poco guarro pero merece la pena, es muy divertido.
La tarde fue un poco más aburrida, dimos un paseo en canoa en el que vimos de lejos un par de cocodrilos y luego nos llevaron a caminar por la selva inútilmente supuestamente para ver animales pero lo único que conseguimos fue acabar empapadísimas porque nos cayó todo el monzón encima y acabamos como si nos hubiéramos tirado a una piscina con ropa. Pero bueno, con el calor horrible que hace en Chitwan casi agradecimos que lloviera. Por último, fuimos al centro de crianza de los elefantes, en el que había varios elefantes pequeños de un año o por ahí a los que los turistas le daban plátanos y comida y eran realmente graciosos.
En cuanto al tema del voluntariado, en el health post sigue todo muy del estilo. Vienen del orden de 20-30 pacientes, la mayoría simplemente para pesarse, tomarse la tensión y poco más, y los que tienen algo más "grave" nos quedamos de piedra con cómo los tratan. Todos salen con vitamina B y antibióticos "por si acaso" y cuando viene alguna herida ni la limpian. Hoy ha venido una mujer que se había quemado la mano con aceite y tenía varias ampollas enormes. La mano la tenía todavía con aceite y creo que restos de lo que estuviera cocinando, y el médico le ha dicho que se la limpie y la mujer se ha quitado simplemente los restos de comida con un pañuelo que llevaba al cuello. Sin más limpieza, le ha puesto un colorante que decía que servía como antifúngico, le ha dado sus clásicos antibióticos y vitamina B y a casa.
Pero como siempre os digo, nos tratan genial allí. Hoy les hemos traído de regalo un aparato eléctrico para medir la tensión y les ha hecho bastante ilusión, aunque cuando ha llegado la siguiente paciente han querido hacerlo con el esfingomanómetro y lo habrían hecho de no ser porque la paciente ha dicho que ella quería probar el aparato nuevo. Como recompensa, nos han hecho un arroz seco que parecen como cereales y unas patatas que estaba muy bueno, además del habitual té.
Como noticia, Blanca y yo hemos decidido que vamos a dedicar los 5 días que nos sobraban a ir a un centro de salud comunitario (es decir, solidario y no gubernamental como es el que estamos ahora mismo) en un pequeño poblado que se llama Kabilash que está a 50km de Katmandú. Para llegar tenemos que ir dos horas en autobús y luego 2 horas andando haciendo trekking de lo dejado de la mano de Dios que está.
El motivo de ir a este sitio es que el año pasado yo estuve a punto de irme a Katmandú porque leí el blog de una médico de las Canarias que había estado en este sitio y lo ponía por la nubes, pero al final no pude ir así que me quedé con las ganas y ahora he decidido contactar con el hombre que montó el centro de salud, Ramesh.
Blanca y yo comimos con él y su hermano ayer cerca de Boudha, en el restaurante Garden Kitchen, y la verdad es que nos dieron muy buena impresión. Ellos no sacan beneficio de haber montado el centro, el único dinero que sacan es de los fármacos que venden a los pacientes y que sirve para pagar a los médicos y enfermeras. Nos dijo que dormiríamos allí con una familia, que nos darían de comer y para dormir, y que no tenemos que pagar absolutamente nada, que si queremos dejar algo para la familia es decisión nuestra.
El objetivo de todo esto es hacer un poco más de lo que hacemos en el health post aquí en Katmandú, porque aunque hagamos poco es difícil que hagamos menos. Allí hay más cosas para hacer que aquí, porque por ejemplo la semana pasada nació un niño allí, así que espero que eso sea un poco más voluntariado, ya que es el objetivo principal por el que vinimos a Nepal y hasta el momento no me siento como si estuviera cumpliéndolo.
Pero bueno, ya os contaré cómo va la cosa, aún nos quedan 5 días aquí en Katmandú antes de irnos, en los que iremos al health post y seguiremos visitando la ciudad por las tardes, ¡así que os mantendré informados! ¡Namasté!
Ni se te ocurra volver a España eeeh! Que pierdo una corresponsal en Nepal!!
ResponderEliminarNo te preocupes porque a este paso me quedo aquí jajaja
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